viernes, mayo 28, 2010

LOS SIETE LOCOS

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Autor: Roberto Arlt, narrador, dramaturgo y periodista; 1900-1942.

Otras obras: El juguete rabioso, Los lanzallamas, El amor brujo, El jorobadito, El criador de gorilas, Saverio, el cruel, El fabricante de fantasmas, Aguafuertes porteñas, Aguafuertes españolas, Nuevas aguafuertes porteñas (narrativas); Trescientos millones, La isla desiertas África (teatro).

Género y corriente: Novela naturalista.

Estructura: Consta de tres capítulos nominados, divididos en 14, 6 y 14 subcapítulos, respectivamente.

Sinopsis: Se acusa a Remo Erdosain, el protagonista, de estafar a la empresa donde trabaja. En efecto, ha robado seiscientos pesos y tiene apenas veinticuatro horas para reponerlos. Pide un préstamo a su amigo Ergueta, pero éste se niega a ayudarlo. Piensa entonces en Gregorio Barsut, primo de su mujer quien, a su vez, le niega la suma; entonces acude al astrólogo, en cuya casa conoce a Haffner, el Rufián Melancólico, tratante de blancas que le presta por fin el dinero.
Al volver a su casa, Erdosain descubre con sorpresa y dolor que su esposa se marcha con otro hombre. Luego, llega Barsut y le confiesa haber sido quien, para abochornarlo, lo denunció a la empresa.
Por lo tanto, Erdosain, "humillado y ofendido", regresa a casa del astrólogo y allí, con el apoyo de éste, planea asesinar al delator. Poco después secuestra a Barsut.
El astrólogo tiene el proyecto de llevar a cabo una transformación radical de la sociedad, financiándola con las ganancias obtenidas de los prostíbulos. En realidad, la propuesta "revolución social" del astrólogo posee un carácter fascista, y está basada en la idea de que la mentira es la esencia de la felicidad. Para poner en práctica su descabellado plan, el astrólogo recluta a los más diversos personajes, siete en total, incluido el propio Erdosain, quien está profundamente dolorido por la injusticia del mundo y con su participación pretende luchar en contra de ella.
Este proyecto se describe en la obra desde distintos ángulos; a veces, los propósitos de "los siete locos", quienes con indudable seriedad e idealismo se entregan a sus reformas sociales, son razonables en apa¬riencia., aunque fuera de su alcance; otras, la idea es sólo un pretexto para estafar y, en ocasiones, se nos presenta una alegoría de la ciudad de Buenos Aires, considerada por el autor como un enorme burdel.
Al final, Erdosain asiste al estrangulamiento de Barsut, llevado a cabo por uno de los hombres del astrólogo. Sin embargo, todo fue una farsa y el agredido fingió estar muerto.
Erdosain ha sido la víctima de un gigantesco engaño con la participación solapada de todos cuantos le rodean.
Aquí se resume la moraleja encerrada en la novela: todos podemos terminar burlados por quienes creemos nuestros cómplices.
Los siete locos, publicada en 1929, es la primera parte de un díptico formado con Los lanzallamas (1931), su continuación. En ambas novelas Arlt exploró las posibilidades que brindaba la entonces incipiente narrativa de tema urbano. Aquí la verdadera protagonista es la ciudad de Buenos Aires.
Pero Arlt no aborda el tratamiento de esta metrópoli cosmopolita desde su grandeza citadina, sino desde la perspectiva de su sordidez, localizada en los bajos fondos, determinante de los destinos de sus moradores. En ella, el hombre alienado cae en el aislamiento total.
Después de permanecer en el olvido durante décadas, Roberto Arlt está siendo reivindicado en los últimos años por inaugurar un nuevo modo narrativo en la literatura argentina de principios de siglo, a través del realismo expresionista de su lenguaje, su terminología libre y el naturalismo de sus ideas deterministas.
Arlt inauguró caminos que luego serán transitados por algunos de los más grandes escritores contemporáneos en Latinoamérica.
Aunque algo convencional en su estructura desarrollo, esta novela es una buena muestra de las características del estilo de Arlt, con su intento por unificar lenguaje y realidad, la ruptura de reglas gramaticales, el rechazo a los embellecimientos retóricos y un sabio empleo de la jerga callejera y argentinismos.

DON SEGUNDO SOMBRA

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Autor: Ricardo Güiraldes, narrador y poeta; 1886-1927.

Otras obras: Raucho, Rosaura, Xaimaca (novelas); Cuentos de muerte y de sangre (relato),« El cencerro de cristal (poesía), y ensayos inéditos.

Género y corriente: Novela regionalista.

Estructura: Consta de una dedicatoria y 27 capitulos numerados.

Sinopsis: Un niño que vivía en el rancho de su madre, fue separado de su "mama" para llevarlo al pueblo, a casa de sus tías, donde debía estudiar. Su protector, el rico don Fabio Cáceres, lo invita de vez en cuando a su estancia' y lo mima un poco.
Durante tres años permanece en la escuela; luego, sus tías lo sacan de ahí y comienzan a usarlo como mandadero. El niño pasa el resto del tiempo en el río pescando bagres que luego cambia en la pulpería por golosinas o cigarrillos. Ya adolescente, frecuenta las cantinas del pueblo. Sin embargo, llega un día cuando el poblado ya no tiene secretos para él y se aburre; sólo espera una oportunidad para abandonar todo e irse de allí.
Una noche, al regreso de la pesca, se topa con un forastero: "Inmóvil, miré alejarse, extrañamente agrandada contra el horizonte luminoso, aquella silueta de caballo y jinete. Me pareció haber visto un fantasma, una sombra, algo que pasa y es más una idea que un ser; algo que me atraía con la fuerza de un remanso, cuya hondura sorbe la corriente del río."
Don Segundo, una leyenda andante, ha vuelto al pueblo y tiene oportunidad de demostrar su valentía enfrentándose a un matón a quien desarma y perdona la vida en presencia del joven. Éste, que admira su entereza, deja todo y va a buscar trabajo en la misma estancia adonde se dirige el gaucho.
Es don Segundo un hombre solitario, lleno de experiencia y sabiduría popular, además de un experto domador de yeguas y caballos. El muchacho lleva junto a él una existencia nómada y, entre tanto, aprende a vivir y trabajar en el campo, guiado por aquel gaucho que se transforma en su padrino y maestro, querido y admirado por el joven. En cada pueblo pasan unos días. Así, entre bailes, peleas de gallos, competencias de reseros y las historias que le cuenta don Segundo, transcurre la etapa más feliz de su vida.
De estancia en estancia recorren la pampa. En cierta ocasión, ofrecen trabajo fijo al joven en una de ellas, pero lo rechaza para no abandonar a su amigo y maestro. Llegan a una pulpería donde un compañero de la pareja de amigos se enfrenta a un desconocido y lo mata, provocando en el muchacho una amarga reflexión sobre la vida del gaucho, impulsado a matar o a morir sin motivo. Sólo don Segundo, con su habitual sabiduría, parece escapar a esa fatalidad.
Un día, mientras trabajan en una estancia, reciben una carta dirigida al muchacho desde su pueblo natal. Por ella se enteran de que el nombre real del joven es Fabio Cáceres. El rico hacendado que lo protegía era su padre, quien al morir le deja en herencia toda su fortuna.
La ira y el rencor se apoderan del joven Fabio. Consulta a don Segundo para decidir qué hacer y éste, como siempre, con sabiduría le aconseja aceptar la herencia y regresar a la estancia recién heredada; además, promete acompañarlo. Sus consejos logran que Fabio tome posesión de sus bienes y que no se sienta infeliz por interrumpir su vida libre de gaucho nómada, sin ataduras de familia ni sentirse ligado "a unos metros de tierra".
En la vieja estancia, ahora suya, Fabio conoce a Raucho, hijo del administrador don Leandro Galván, quien tiene preferencias idénticas a las suyas, y ambos se hacen amigos. Raucho será su guía intelectual, pues le infunde el amor por los libros y la cultura.
Tres años después, Fabio se ha convertido ya en un estanciero, aunque sin olvidar su vida anterior. Don Segundo Sombra lo ha asesorado fielmente en la dirección de la propiedad. Sin embargo, incapaz de permanecer tanto tiempo en un mismo lugar, el viejo gaucho decide continuar su interminable camino de hombre libre. Fabio siente un dolor inmenso ante la inevitable partida de su amigo, mas llega el momento de despedirse. Se sonríen amistosamente deseándose lo mejor. Don Segundo Sombra parte en busca de nuevos horizontes. Fabio Cáceres lo mira alejarse: "Di vuelta a mi caballo y, lentamente, me fui para las casas. Me fui, como quien se desangra".
La narración hecha por Fabio es un tributo a la notable figura de don Segundo Sombra.
Esta novela de Güiraldes es, sin duda, la primera obra de carácter universal producida por la literatura gauchesca argentina. Don Segundo Sombra traspone las fronteras de la pampa para mostrarnos los valores del gaucho, cuya idealización es uno de los elementos más sobresalientes de la obra. La descripción de las virtudes de los reseros, de la hombría y la sencillez de su existencia, presentada en una prosa excelente, la convierten en un clásico dentro de la literatura regionalista del continente americano. Además, Don Segundo Sombra es un canto de despedida a la legendaria figura del gaucho nómada y libre, más íntegro y genuino que sus perseguidores.
Ya en la dedicatoria "Al gaucho que llevo en mí, sacramente, como la custodia lleva la hostia", se advierte el afán idealizador que llena todo el relato. Domina la totalidad del libro la figura de don Segundo Sombra, gaucho por antonomasia, peón, resero y domador.

miércoles, mayo 26, 2010

EL INGLÉS DE LOS GÜESOS

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Autor: Benito Lynch, narrador y periodista; 1880-1951.

Otras obras: Plata dorada, Los caranchos de La Florida, Raquela, La evasión, El potrillo roano, El antojo de la patrona, De los campos porteños El romance de un gaucho (narrativas).

Género y corriente: Novela psicológica realista costumbrista.

Estructura: Está dividida en 32 capítulos.

Sinopsis: Mister James Gray, un sabio paleontólogo inglés, a quien por su profesión los lugareños llaman el Inglés de los güesos, ha venido especialmente desde Cambridge a la Argentina en un largo viaje, y llega al rancho de La Estaca, un puesto perteneciente a una estancia argentina cuyo dueño vive en Buenos Aires, para excavar en la playa de una laguna cercana en busca de huesos de indígenas prehistóricos.
En el rancho viven Don Juan Fuentes, un gaucho humilde, su esposa doña Casiana, y sus hijos Balbina, de 18 años —apodada la Negra por sus ojos oscuros— y Bartolo, de 12.
Mister James llega a este ambiente rústico y tradicional recomendado al patrón de la estancia por un ministro. Es un hombre de aspec¬to excéntrico, carga un montón de bártulos científicos, tiene una ridícula silueta alta, flaca, desgarbada; se expresa en un español elemental, extranjerizado, lleno de imperfecciones, y es poseedor de un absoluto desconocimiento de la vida rural. Por todo esto, causa risa, curiosidad y asombro a los habitantes de La Estaca y de los ranchos vecinos.
Al principio, Balbina y Santos Telmo, un frustrado pretendiente al amor de aquélla, a quien la muchacha rechaza y humilla, se apro¬vechan de la torpeza y buena fe del Inglés de los güesos para burlarse de él, haciéndole toda clase de bromas pesadas.
Luego de ser castigada por su madre a causa de una burla atroz que hicieron a mister James, la caprichosa y altiva Balbina cobra un odio profundo al Inglés de los güesos.

Santos Telmo trata de sacar partido de esta situación, pero no logra ganarse la voluntad de la joven, y entonces surgen en él terribles celos a causa de mister James.
En cierta ocasión, Balbina sufre un agudo dolor de oídos durante dos días. De nada valen los remedios caseros que le aplican. La joven gime y se retuerce de dolor. El inglés le presta ayuda curándola con un medicamento de su botiquín personal, con lo que el odio de la Negra se vuelve admiración por el extranjero y luego lo coloca poco menos que en un pedestal enamorándose de él. Este sentimiento se exacerba cuando Santos Telmo, el pretendiente desdeñado, apuña¬la por la espalda a James. Gracias a la buena constitución del inglés y a la abnegada asistencia de Balbina, aquél se recupera rápidamente.
La muchacha se apropia del convaleciente. A su vez, James, hombre duro e intransigente consigo mismo, muestra leves señales de su afecto hacia Balbina.
Cierto día, mister Gray recibe una carta de Inglaterra en la que lo urgen a que regrese, pues se está tardando más de la cuenta en su investigación.
Cuando el inglés anuncia su partida del lugar para reintegrarse a su país y a su carrera académica, el amor de la muchacha se vuelve obsesión. En una escena conmovedora a orillas de la laguna, la Negra, "con sus bellos ojos enturbiados de angustia", suplica a James no marcharse. Esa noche el inglés, perturbado, examina sus senti¬mientos. Descubre su amor por Balbina y el disgusto por la disciplina con que siempre ha seguido su carrera, la cual lo llevará a conquistar una cátedra mediocre cuando ya sea casi un anciano.
Sin embargo, el inglés permanece impasible. Es un gentleman reprimido por la educación y consagrado al estudio. Vino en plan de investigador y no a conseguir novia con quien casarse, menos aún a enamorar muchachas primitivas e ingenuas como Balbina. Y a pesar de saber que no encontrará otro amor tan fresco y espontáneo como el de la Negra, sigue firme en su decisión de partir.
Balbina sufre un colapso psicológico y enferma. Solamente doña María, vieja curandera del lugar, logra restaurar las energías de la muchacha, aconsejándole usar un hechizo primitivo e infalible para impedir la partida del inglés. A pesar de toda la fe de la Negra en el encanto, éste no le realiza su deseo. James no se aparta del camino escogido y, con la rigidez de una espada, en el día y la hora fijados para la partida comienza a despedirse de todos. Balbina espera un milagro hasta el último minuto, pero el inglés se va de todos modos y su figura, poco a poco, se va perdiendo por el camino. En ese momento la joven se entera de que doña María ha muerto. Al día siguiente, la perra Diamela, fiel compañera de Bartolo, descubre una silla volteada y un zapato de Balbina al pie de un árbol: en lo alto pende el cadáver de la joven, quien se ha ahorcado con un lazo pedido como recuerdo al antropólogo.
Esta pequeña obra maestra, uno de los últimos exponentes de la literatura gauchesca, es un excelente cuadro de costumbres rurales argentinas, así como también un incomparable estudio psicológico de personajes.
El contraste entre las dos culturas, la nativa y la europea, tema recurrente de la novelística rioplatense de la época, está encarnado en la pareja central. Finalmente, el cariño silvestre de Balbina es derrota¬do por el deber y la disciplina del "civilizado" inglés. Es decir, la Voluntad, los intereses y las conveniencias vencen y triunfan sobre los sentimientos espontáneos, naturales y sin cálculo.
Realista y maduro como espíritu crítico, dueño de un finísimo humor, una observación aguda y un lenguaje pintoresco en el trata¬miento de los múltiples planos y dentro de la arquitectura de la trama, Benito Lynch ha dado al relato de El inglés de los güesos un ritmo fluido cuya tensión dramática aumenta conforme se avanza en la lectura, preparando reparando el inevitable desenlace paso a paso, hasta culminar en la Solución trágica del conflicto. Fue escrita en 1924.

JUVENILIA

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Autor: Miguel Cané, narrador, ensayista y crítico; 1851 - 1905.

Otras obras: Ensayos (ensayo); En viaje, Charlas literarias, Notas e impresiones, Discursos y conferencias, Prosas ligeras (críticas); etcétera.

Género y corriente: Novela romántica autobiográfica.

Estructura: Consta de una introducción y 36 capítulos.

Sinopsis: Los primeros meses en el colegio resultaron para el narrador un verdadero martirio por la dura disciplina de la institución y el régimen alimenticio, ya que "el segundo obstáculo insuperable fue la comida, invariable, igual, constante".
La hostilidad del colegio sólo pudo ser contrarrestada por la incipiente incursión del muchacho en la literatura. El descubrimien¬to de Los tres mosqueteros, Veinte años después, El vizconde de Bragelonne, etc., propició noches de vigilia, intercambio de novelas con la familia y, después con los compañeros, lecturas que le permitieron olvidarse de su tristeza y participar en las aventuras de los personajes novelescos.
Con el tiempo, las penas e incomodidades del colegio se hicieron habituales. Las aventuras y juegos escolares conforman el tema de los otros capítulos.
Su compañero Benito Neto, quien poseía una copia de la llave del portón, que sólo accedía a usarla si se le invitaba a participar en las escapadas de la escuela, le dio múltiples oportunidades de hacer, estas travesuras.
Un nombre en particular resalta en estas memorias: Amédée Jacques, quien llegó a la Argentina sin título académico alguno —pero con enormes conocimientos— y por su saber terminó siendo direc¬tor del colegio.
Los estudiantes, sorprendidos por la sapiencia del maestro al dictar la clase, vieron en Jacques un modelo, a pesar del carácter impulsivo y violento que, en ocasiones, lo caracterizaba.
Su muerte causó un choque a los alumnos quienes, como postrer homenaje, lo llevaron a hombros hasta su tumba.
Miguel Cané cuenta también los enfrentamientos entre alumnos porteños y provincianos, y los castigos que por ello llegan a sufrir, como perder los paseos dominicales, ser expulsados o pasar intermi¬nables horas de encierro. Así, el narrador recuerda: "He conservado toda mi vida un terror instintivo a la prisión; jamás he visitado una penitenciaria sin un secreto deseo de encontrarme en la calle. Aún hoy, las evasiones célebres me llenan de encanto".
La enfermería es recordada con risueña emoción y lo mismo su enfermero, quien por ser tan ignorante orilló al médico a decir en curta ocasión que "en la enfermería sobra uno, o es el enfermero o soy yo". Y, lógicamente, cesaron al enfermero.

La clase de literatura resultó motivadora para el narrador, ya entrenado en la lectura de novelas. Aun cuando el profesor Gigena no alentó la inquietud literaria de sus alumnos, ellos crearon un periódico interno que les valió discusiones acaloradas y uno que otro moretón.
El autor también recuerda cómo por esa época ya colaboraba en el periódico de su familia, La Tribuna, en el cual sus parientes lo apoyaron publicando sus primeros trabajos.
La chacarita de los colegiales, casa de campo propiedad del colegio, resultaba el lugar idóneo para relajar la disciplina escolar y permitir innumerables aventuras a los estudiantes. El robo de una sandía, de un melón o la escapada nocturna para conquistar a una chica resultaban acontecimientos inolvidables para los muchachos.
Aunque los colegiales vivían inmersos en el tráfago de clases, exámenes, riñas internas, etc., ello no les impedía estar al tanto de los acontecimientos nacionales.
Así, entre los recuerdos del narrador, figura el memorable 22 de abril de 1863, cuando debía decidirse la federalización de la capital o la de toda la provincia de Buenos Aires, suceso de graves consecuen¬cias para la Argentina.
Cinco interminables y, paradójicamente, inolvidables años de internado y la adolescencia que cedió paso a la juventud, con las inquietudes propias de la edad, despertaron en el narrador el deseo de escapar del claustro académico y dejarse llevar por la vida exterior, lo que finalmente consiguió. La novela termina con Miguel Cané fungiendo como examinador en el colegio.
Juvenilia, de una amenidad cautivante, posee casi siempre un tono risueño, aunque incluye algunas páginas melancólicas.
Fue publicada en 1884. Está escrita en primera persona, recurso que permite al autor evocar sus vivencias estudiantiles en el Colegio Nacional de Buenos Aires, durante los cinco años de internado que allí pasó, a partir del año 1860, tres meses después de la muerte de su progenitor.
En cada página se descubren los recuerdos: la entrada al colegio, luego de fallecido el padre; el llanto de la madre y su valor para dejar al hijo en el lugar conveniente, la tristeza del encierro, la añoranza del hogar y la familia...
La narración de todos estos episodios pintorescos, así como la descripción del carácter de profesores y alumnos, está llena de espontaneidad y por ello su lectura es siempre grata.

jueves, mayo 13, 2010

ASÍ HABLABA ZARATUSTRA

ASÍ HABLABA ZARATUSTRA

Autor: Friedrich Nietzsche, poeta, ensayista y filósofo; 1844-1900.

Otras obras: El nacimiento de la tragedia, Humano, demasiado humano, El viajero y su sombra, La gaya ciencia, Más allá del bien y del mal, El ocaso de los ídolos, El anticristo, etcétera.

Género y corriente: Ensayo filosófico escrito en prosa poética.

Estructura: Consta de prólogo y "Los discursos de Zaratustra", estos últimos divididos en cuatro partes, conformadas por breves tratados o pasajes nominados sin numerar.

Sinopsis: Cuando contaba con treinta años, Zaratustra —legendario filósofo persa, cuyo nombre en español es Zoroastro, quien se cree vivió en el siglo VI a. C.— decide retirarse a la soledad de la montaña, acompañado solamente por sus dos animales heráldicos: el águila, que simboliza el orgullo, y la serpiente, la sabiduría. Durante su voluntario retiro, adquiere conocimiento y un día considera que ha llegado el momento de bajar a predicar a los hombres.
Al llegar a la ciudad, encuentra al pueblo reunido en el mercado y "comete la gran tontería" de hablar a todos, que es como no hablar. Su fracaso es total y el pueblo se burla de él. Desde entonces, por lo tanto, Zaratustra buscará discípulos a quienes dirigir sus discursos, que en esencia son desafíos a los antiguos ideales y creencias.
El tema central de la primera parte es la muerte de Dios, ser cuyo peso —dice— ya no debe abrumar al hombre a fin de ser libre para conquistar, no "el otro mundo", sino este mundo suyo. Luego de explicar de qué manera debe realizarse la evolución del espíritu humano (las tres transformaciones), siguen disertaciones donde ataca las virtudes que actúan como adormideras de esa evolución: "la tranquila somnolencia de la moral", la aridez libresca de una cultura sedentaria, el ascetismo, etc.; en cambio, exalta la guerra, la amistad, la vida, conceptos con sentido en sí mismos y, en fin, la generosidad de la sana virtud dada.
Al terminar la primera serie de sus discursos, Zaratustra se despide de sus discípulos y vuelve nuevamente a la soledad de las montañas. Sus últimas palabras son: "Muertos están todos los dioses; ahora queremos que viva el superhombre."
Después de meses y años, Zaratustra vuelve a predicar. El tema básico de la segunda parte es la voluntad de poder, por ello, al principio ataca a quienes se oponen a esa voluntad: los compasivos, los sacerdotes, los virtuosos, los sabios famosos, la chusma, los poetas. Todos ellos —dice— sienten aversión por la vida; están dominados por el espíritu de la venganza. Y luego de algunos capítulos de tono lírico, aparece un esbozo del hombre liberado de ese espíritu vengativo. El capítulo final de esta parte hace emerger, como un monstruo, el pensamiento del eterno retorno, a desarrollar en su siguiente prédica. Por la noche, de nuevo se retira solitario.
El tema de la tercera parte es, como se ha adelantado, el pensamiento del eterno retorno. Zaratustra se embarca y, durante la travesía, narra a los marineros su sueño más reciente "de la visión y del enigma", que produce un terror especial por el misterio y por su significado inefable, inexpresable. Mezclado con frecuentes intermedios líricos de gran valor poético, este pensamiento del eterno retorno aflora una y otra vez en esta parte. Zaratustra celebra ahora la inconsciencia de la felicidad, canta las potencias naturales y la victoria sobre la melancolía, pide a los hombres despojarse de su "gravedad" y, finalmente, dicta sus nuevas tablas de valores, que derriban los antiguos conceptos sobre el bien y el mal e invoca a la eternidad en nombre de la alegría.
Muchos años y muchas lunas han pasado sobre el alma de Zaratus¬tra cuando comienza la cuarta parte. De nuevo está en la soledad de su caverna; sus cabellos se han vuelto blancos. De pronto llega a él un grito de angustia: procede de criaturas, símbolos de antiguos valores ya caducos: un adivino (el tedio de la vida), los reyes (la falsedad del poder), un "concienzudo del espíritu» (el veneno del positivismo), un mago (la fantasía esclavizante), un papa errabundo (la muerte de Dios), el más feo de los hombres (el rencor asesino de Dios), un mendigo voluntario (la búsqueda de la felicidad), el viajero y la sombra. Zaratustra saluda a éstos, los hombres superiores, y celebra con ellos “La cena” y “La fiesta del asno”. Sin embargo, pronto se sienten presos de una duda angustiosa. Zaratustra no experimenta compasión por ellos y los expulsa. No es a ellos a quienes aguarda en sus montañas; entona entonces un canto de embriaguez, de afirmación y de fe en el eterno retorno, donde invoca "la profunda eternidad". Y luego, en la radiante mañana, superada su última tentación, Zaratustra abandona su caverna y parte con destino desconocido, "ardiente y fuerte como un sol matinal que viene de oscuras montañas".
La filosofía de Nietzsche expuesta en esta obra, a pesar de constituir una negación virulenta de las -normas y hábitos tradicionales de pensamiento, trata más bien de llamar la atención sobre los débiles fundamentos de nuestras creencias y es, sobre todo, una vigorosa reacción contra el conformismo dominante.
Dejando de lado su contenido filosófico —con el cual podemos libremente concordar o disentir—, Así hablaba Zaratustra está conside¬rada como una de las obras maestras de la literatura alemana por su estructura, la unidad de su pensamiento, la riqueza de su estilo y la poesía que domina en numerosos pasajes.

HÁNSEL Y GRETEL

HÁNSEL Y GRETEL

Autor: Hermanos Grimm, nombre literario de los escri¬tores Jacob Grimm, 1785-1863, y Wilhelm Gri¬mm, 1786-1859.

Otras obras: Blanca nieves, La Cenicienta, La bella durmiente del bosque, Caperucita Roja, Pulgarcito, El gato con botas, Los siete cabritos y el lobo, Leyendas alemanas, etcétera.

Género y corriente: Cuento de hadas.

Estructura: No presenta divisiones.

Sinopsis: Dos hermanitos, hijos de un leñador, viven con su padre y su madrastra cerca de un bosque. Como eran muy pobres, a ella se le ocurrió la idea de llevarlos a la parte más profunda de la floresta y dejarlos allí abandonados. El padre no quería, pero tanto insistió su mujer que finalmente lo convenció.
Una noche, mientras los dos niños estaban a punto de dormir, oyeron la decisión de sus padres. Entonces, Hánsel juntó muchas piedrecitas blancas y las guardó en el bolsillo. Cuando a la mañana siguiente los levantaron temprano para cumplir el plan tramado, Hánsel, disimuladamente, iba arrojando por el camino piedrecitas para no perderse y poder regresar al hogar junto con su hermana. Ya en el bosque los niños cansados se durmieron; al despertar en la noche, se dieron cuenta de su soledad pero gracias a las piedrecitas arrojadas por Hánsel les fue fácil retornar a su casa. Esto mismo se repitió en varias ocasiones, porque cuando la familia no tenía qué comer, llevaban a los niños al bosque y los desorientaban.
Sin embargo, un día Hánsel señaló el camino con miguitas de pan en vez de piedrecitas y los pájaros se las comieron. No pudieron regresar ni salir del bosque y así anduvieron tres días perdidos. De pronto divisaron una extraña casita de pan, bizcochuelos y ventanas de azúcar. Hánsel se subió al tejado y le dio un mordisco; Gretel empezó a comer los cristales de azúcar de una ventana. De pronto se abrió la puerta de la casa y apareció una mujer muy vieja apoyada en un bastón. Los niños se asustaron, pero ella con su actitud bondadosa los convenció para que entraran, les sirvió una cena deliciosa y les preparó dos camas primorosas para dormir.
Aquella mujer era una bruja muy mala; con su casa hecha de golosinas atraía a los niños; luego los encerraba, los mataba y los asaba para comérselos. Así hizo al día siguiente con Hánsel: lo encerró en un corral y ordenó a Gretel llevarle el agua y la comida para hacerlo engordar hasta tenerlo listo.
A las cuatro semanas, Gretel se vio obligada a ayudar a la bruja en todos los preparativos para matar y guisar a su hermano. Cuando la malvada mujer metió la cabeza en la boca del horno para ver si estaba caliente, Gretel le dio un empujón, la hizo caer dentro y cerró la puerta. Luego buscó a su hermano y lo liberó. Antes de salir de la casa de la bruja, se llenaron los bolsillos de perlas y brillantes que ésta tenía escondidos. Caminaron muchas horas, llegaron a un río y un patito los pasó a la otra orilla; luego les fue fácil reconocer el camino a casa.
Cuando arribaron, el padre lloró de alegría. La madrastra hacía poco tiempo que había muerto. Los niños vaciaron sus bolsillos y rodaron por el suelo las piedras preciosas, el padre se puso muy contento y los chicos con él. Se habían acabado sus penurias. Desde ese día vivieron felices los tres juntos.
Este cuento, un clásico de la literatura para niños, es uno de los más célebres y conocidos de los hermanos Grimm.

EL CASCANUECES Y EL REY DE LOS RATONES

Autor: Ernst Theodor Amadeus Hoffman, cuentista y poeta; 1776-1822. Otras obras: El elixir del diablo, Los hermanos Serapión, La princesa Brambilla, Maese Pulga, La olla de oro, La corte del rey Artús, Las minas de Falun, etcétera.
Género y corriente: Cuento fantástico romántico.
Estructura: Tiene breves episodios o capítulos nominados.
Sinopsis: El relato comienza en una celebración de Nochebuena, en casa de Stahlbaum, el médico de provincia, los niños Fritz y María están fascinados con los regalos colocados en el árbol de Navidad. Su padrino, el magistrado Drosselmeier, singular anciano muy hábil en mecánica, les regaló un castillo de juguete cuyos habitantes bailan al compás de una caja de música. De pronto, María descubre entre los demás juguetes un muñeco de expresión dulce y bondadosa, cuya función es partir nueces con la boca, y se prenda de él.
Al terminar la fiesta todos se van a dormir, pero María entra en el cuarto de los juguetes y ve cómo éstos han cobrado vida y, dirigidos por
el Cascanueces, están en plena batalla contra un ejército de ratones guiado por su rey. Luego de un gran susto, María participa también en esta guerra y se pone a favor de Cascanueces.
De repente la niña rompe sin quererla vitrina de los juguetes y se hiere. Pierde el conocimiento y; mientras está en cama, el viejo Drosselmeier le cuenta la historia de la princesa Pirlipat, que fue embrujada por la señora Ratona para vengarse de la reina por no haberla dejado comer todo el tocino. Sólo puede salvar a la princesita un joven capaz de romper con los dientes una durísima nuez. Quince años después la princesa es curada, pero el curador es convertido en un ser deforme igual al Cascanueces y la princesa se rehúsa a casarse con él.
María se cura de sus heridas y continúan los combates nocturnos en
hijel cuarto de los juguetes. Para aplacar el hambre del rey de los ratones, o de la ahora difunta señora Ratona, y salvar a Cascanueces, María le ofrece sus dulces preferidos y sus muñecos de azúcar. Finalmente, un día se da cuenta de que el salvador de la princesa Pirlipat es el sobrino de su padrino Drosselmeier, convertido por obra de magia en el Cascanueces. María está convencida de la ingratitud de Pirlipat por negarse a desposar a su salvador.
Una tarde, en casa del padrino, María se hace pequeñita, cae de su silla y encuentra un muñeco muy bien hecho: es el bello Cascanueces. Éste le pide casarse con él y reinar juntos en el palacio de mazapán. Ella lo acepta y, según dicen, al cabo de un año, llegó a buscarla en un carruaje de oro tirado por caballos de plata. Las bodas fueron muy rumbosas y María Stalilbaum fue reina de un país donde sólo se ven bosques de árboles navideños, transparentes palacios de mazapán y toda clase de cosas asombrosas.
En este relato se mezclan lo real y racional con el mundo de la fantasía en forma magistral; además, la narración está hecha con un estilo sencillo y claro, destacando su mensaje de bondad.

EL CASCANUECES Y EL REY DE LOS RATONES.doc

LOS BANDIDOS

LOS BANDIDOS

Autor: Johann Christoph Friedrich von Schiller, poeta y dramaturgo; 1759-1805.

Otras obras: Don Carlos, Intriga y amor, María Estuardo, Guillermo Tell(teatro); Wallenstein, La doncella de Orleáns, La novia de Messina, Demetrio (trilogía dramática) diversos libros de poesía, y ensayos.

Género y corriente: Drama romántico.

Estructura: Obra teatral en Cinco actos y 12 cuadros.

Sinopsis: La acción se desarrolla en Alemania, en el siglo XV, buena parte de ella en el castillo del conde Maximiliano de Moor en Franconia. El viejo noble tiene dos hijos: Carlos, un oven de buen corazón, que lleva una vida disipada en Leipzig, donde está estudiando; y Franz, quien disimula astutamente su gran hipocresía. Por una carta del corresponsal de los Moor en Leipzig, el conde se entera de la vida libertina que vive su hijo Carlos (deudas, mujeres, duelos); esto lo entristece y pone en peligro su salud.
Franz no desaprovecha la oportunidad y obtiene de su padre la autorización para, en su nombre, escribir a su hermano. El viejo conde quiere que esa carta sea sólo de consejo y reconciliación; pero, con toda perfidia, Franz escribe una misiva donde expone la falsa decisión paterna de repudiar y desheredar a Carlos debido a su conducta. Este último queda anonadado ante la inesperada severidad de la misiva; además la cree injusta y surge en él la rebeldía. Tentado por algunos compañeros, acepta dirigir un grupo de bandidos cuyo propósito es combatir y vengar injusticias, infamias y tiranías.
Entretanto, el desleal Franz pretende también enamorar a Amalia, la novia de Carlos, y le hace creer —tal como hizo con su padre, el conde— la muerte de su hermano en la guerra, Carlos, a su vez, enemigo de la violencia, está desengañado de sus antiguos ideales y, arrepentido, regresa al hogar paterno. Como Franz no ha logrado vencer el amor y fidelidad de Amalia por su hermano, vuelca su maldad en Carlos y dirige contra él las peores bajezas. Aun así, Carlos no quiere luchar contra su propio hermano y, como además se siente indigno del amor de Amalia, de nuevo se aleja del castillo familiar. En un bosque cercano descubre a su padre, a quien todos creían muerto a causa del dolor por la pérdida del hijo abatido en la guerra. Carlos se propone vengar al anciano.
Franz, aniquilado física y espiritualmente, desafía a su hermano, blasfema contra Dios, aunque teme el castigo divino, y cuando oye aproximarse a los compañeros de Carlos decididos a hacer justicia con él, se suicida. El padre, viendo en su hijo sólo al proscrito y asesino de su hermano, muere de dolor. El propio Carlos se entrega a la justicia después de matar a Amalia, convencido de no ser digno de ella, y también comprende y lamenta la destrucción de sus valores, los cuales trataba de salvar mediante la violencia y la sangre.
El contenido de esta tragedia es el gesto rebelde de un joven escritor —fue su primera obra— en contra de la sociedad y las injusticias de su tiempo, influido por el movimiento romántico ya extendido por Alemania y toda Europa. Por ello, presenta todas las características de esta escuela, que tanto entusiasmaban a sus con¬temporáneos: pasión desmedida, profundo idealismo, sentimientos exagerados, situaciones inverosímiles, ansia de libertad en el prota¬gonista, gusto por la melancolía y los contrastes, soledad final. A pesar de ello, la perfección artística como obra teatral, le ha confe¬rido un innegable valor literario.

jueves, mayo 06, 2010

MOBY DICK, LA BALLENA BLANCA

MOBY DICK, LA BALLENA BLANCA

Autor: Herman Melville, novelista; 1819-1891.

Otras obras: Typee, Omoo, Pierre, Billy Budd, Chaqueta blanca, Redburn, Benito Cereno, Las islas encanta­das, etcétera.

Género y corriente: Narración de aventuras marineras.

Estructura: Está dividida en 60 capítulos y un epílogo.

Sinopsis: El libro relata una expedición que se realiza con el fin de pescar ballenas en el año de 1840, titánica caza en la cual el propio autor ha participado. Sin embargo, lo sorprendente es que a pesar de haber sido escrita diez años después de los hechos narrados, Melville no se limita a relatar sus recuerdos y experiencias personales sino que, a manera de largas digresiones que detienen y salpican el argumento, la obra es también una especie de erudito tratado de cetología que se alterna con los trozos netamente épicos o poéticos del relato, un verdadero catálogo informativo y casi científico de todos los aspectos referentes a la ballenería: el nombre de la ballena en varios idiomas; innumerables referencias a ésta, comenzando por el Génesis bíblico; el sermón del sacerdote aludiendo a su fuerza y grandeza; clasificaciones, fábulas, descripción de la vida en los buques balleneros y de sus tripulantes; explicación de la forma de construcción de los barcos, las costumbres a bordo y la diversidad de caracteres de los hom­bres que los manejan, etcétera.
En la novela identificamos al autor en el personaje de Ismael, el marinero que relata la historia en primera persona. El grupo zarpa de la isla de Nantucket —uno de los más importantes centros de la gran industria ballenera norteamericana— a bordo del Pequod y bajo el mando del capitán Ajab; van en busca de una feroz y gigantesca ballena de una blancura sobrenatural —Melville la llama Moby Dick— que reina en las profundidades del océano Pacífico y siembra muerte y destruc­ción entre los barcos, capitanes y pescadores de ballenas. El propio Ajab ha sido una de sus víctimas: está mutilado y lleva una pierna de palo porque Moby Dick le devoró la suya. Lleno de odio, Ajab juró vengarse. Desde entonces una obsesión constante lo domina: cazar a la sanguinaria ballena blanca.
Comienza el viaje. Se suceden momentos de bonanza y de calma que se alternan con tormentas y huracanes; el Pequod navega por el Atlántico, rodea América del Sur y Cabo de Hornos, y se adentra en la misteriosa inmensidad del Pacífico, hábitat de la enorme ballena asesina. En medio de inefables paisajes, el viento hace avanzar el barco y éste se acerca lentamente a su presa. Otros balleneros le dan noticias de Moby Dick y el Pequod le sigue la pista; mientras, persiguen y matan ballenas menores. Finalmente divisan a Moby Dick, "monstruosa, blanca y terrible"; así comienza la grandiosa y alocada caza de tres días para capturarla. Melville describe magistralmente la ansiosa persecución. Moby Dick brama y ataca, nada bajo el barco, lo embiste, lo azota con poderosos coletazos y lo destruye. Mientras el Pequod se hunde, el gigante blanco arrastra a la muerte al capitán Ajab, y la tripulación perece en el naufragio. Sólo Ismael se salva de la catástrofe final, para regresar al mundo civilizado y contar lo sucedido.
Esta novela, la obra maestra de Herman Melville, en su época resultó un libro extraño, controvertido y espectacular por la forma, el tema y su profundo significado (Moby Dick simboliza el mal sobre la Tierra). A pesar de que Melville se presenta aquí como un escritor desigual, destaca en el relato su fantasía, su asombro ante la naturaleza y su descubrimiento del sentido humano de la vida.

LAS AVENTURAS DE TOM SAWYER

Autor: Mark Twain, seudónimo del escritor Samuel Langhorn Clemens; 1835-1910.

Otras obras: El príncipe y el mendigo, La edad dorada, Un yanqui en la corte del rey Arturo, Las aventuras de Húckleberry Finn, El billete de un millón de libras, Vida en el Mississipi, etcétera.

Género y corriente: Novela de aventuras.

Estructura: Consta de 36 capítulos y una conclusión.

Sinopsis: La obra nos presenta, en general, las divertidas aventuras y escapatorias de Tom —que vive con su tía Polly— y su pandilla, un grupo de muchachitos inquietos, vivarachos, traviesos, reacios a la escuela, pero simpáticos y de gran corazón, en rebeldía contra la sociedad severa y convencional que les rodea, es decir, ante el mundo rígido y artificial de los adultos. Así, desfilan por el libro infinidad de anécdotas y episodios protagonizados por Tom: como testigo oculto de un crimen que se comete a medianoche, en el cementerio de la aldea, gracias a lo cual ayuda a desenmascarar al indio Joe, el verdadero culpable del delito, quien al verse perdido, logra escapar, pero antes jura vengarse del niño que lo ha delatado; la fuga-excursión del niño por el Mississipi, a bordo del inolvidable vapor fluvial, o cuando asiste a su propio funeral en el templo del pueblo, pues todos creían que había muerto ahogado; o las aventuras que vive cuando se extravía en la enorme cueva junto con su amiga Becky, la hija del juez; el espanto que siente al toparse de pronto con su enemigo, el indio Joe, y su participación cuando intentan capturar a éste, quien finalmente muere de hambre dentro de la cueva; su hallazgo del tesoro, etcétera. Todas estas andanzas y aventuras siempre pintorescas y humorísticas, son simples pretextos para presentar y hacer más vívida la naturaleza tierna y humana del protagonista, que se agranda hasta alcanzar la total simpatía del lector.
Las aventuras de Tom Sawyer es una de las mejores y más populares obras de Mark Twain, novela humorística de fácil lectura, optimista, positiva y que sin embargo constituye también una forma de observar la sociedad, y cuyo final feliz la hace apta tanto para el público juvenil como para el adulto que aún conserva la frescura y juventud de corazón.

LA LETRA ESCARLATA

LA LETRA ESCARLATA

Autor: Nathaniel Hawthorne, escritor y novelista; 1804- 1864.

Otras obras: Cuentos contados dos veces, Musgos de una vieja mansión, La casa de los siete gabletes, La aventura de Blithedale, El fauno de mármol, Nuestra vieja casa, etcétera (novela), y diversos libros de cuentos.

Género y corriente: Novela realista psicológica.

Estructura: Está dividida en 24 capítulos nominados.

Sinopsis: Expresa en una perfecta dimensión artística el espíritu puritano de la época colonial en Estados Unidos. En Boston, sociedad rígidamente religiosa e intransigente, el joven pastor Arthur Dimmesdale ha logrado la admiración de sus fieles, tanto por sus sermones como por su vida ascética y ejemplar. Sin embargo, nadie imagina que bajo aquella severidad puritana y junto a su grave misticismo, existe una voluntad débil, una reprimida sensualidad y un marcado egocentrismo. La bordadora Hester Prynne, joven y hermosa, se siente fascinada por él como todos los demás feligreses. Pero Hester está casada con un hombre orgulloso, el anciano médico inglés Roger Chillingworth, quien la ha enviado a Estados Unidos para reunirse con ella en breve tiempo. Pero nadie ha vuelto a tener noticias de Chillingworth y es creencia general que ha muerto en algún naufragio. Dimmesdale y Hester se enamoran y muy pronto se entregan sin restricciones a aquella pasión, la cual, obviamente, deben ocultar.
Cierto día Dimmesdale debe ir a Inglaterra a cumplir una breve misión. Durante su ausencia se descubre la culpa de Hester, quien ha dado a luz una niña, Pearl, hija del pastor, y su "pecado" se hace público; pero no logran hacerle confesar quién es el padre de la criatura. Rechazada por la sociedad como una criminal, la joven es puesta en la picota y le marcan el pecho con la letra A —herida que torna escarlata su piel— en señal de adulterio y que la expone al desprecio popular. Así comienza su penitencia y expiación públicas, según la conciencia y los principios puritanos.
Cuando Dimmesdale regresa, comprende que el amor y el deber le imponen una confesión, pero Hester le ruega que no lo haga porque no quiere que el hombre a quien ama caiga del pedestal donde se halla. Dimmesdale, ambicioso y egocéntrico, acalla entonces su conciencia y decide ocultar su culpa por temor a malograr su posición social y su futuro.
El anciano doctor Chillingworth, por su parte, no ha muerto: ha caído prisionero de los pieles rojas, pero logra huir y cuando llega a Boston, valiéndose de su astucia, se entera de todo lo sucedido. Herido en su amor propio, su ira es fría e implacable: obliga a su mujer a permanecer callada, en tanto él medita y lleva a cabo una ingeniosa e infernal venganza. Simula ignorar las relaciones de los dos amantes, aparenta preocuparse y condolerse de la oculta pena que consume a Dimmesdale, lo sigue constantemente, le impone su inevitable presencia, lo que aumenta la angustia en que vive la pareja culpable. Así, durante siete años, Chillingworth atormenta al pastor con su sombra, con su silencio y con su odio reprimido —gozando su cruel­dad— hasta llevarlo al borde de la locura.
Mientras tanto, Hester recorre un largo y difícil camino de sufrimientos y humillaciones. Pasa varios años dedicada a obras de caridad, al cabo de los cuales piensa que una expiación incesante no es justa ni humana. Le propone entonces al débil e indeciso Dimmesdale huir a otro país para empezar una nueva vida. Él acepta su proposición pero un día en el templo, aplastado por el sentimiento de culpa, sucumbe ante una crisis de conciencia, juzga que la huida que se proponen es una tentación del demonio, y decide confesar públicamente su pecado. Pero la emoción abate su organismo, ya debilitado, y trunca su voz; derrotado, condenado y lleno de vergüenza y desesperación, finalmente muere en brazos de Hester.
Esta novela es la obra maestra de Nathaniel Hawthorne: fusión completa entre forma y contenido, unidad perfecta del argumento dramático con la realidad histórica en que se basa, intensa humanidad de la tragedia, austeridad estilística para expresarla, profundo análisis psicológico del pecado y el efecto producido por la culpa en las distintas naturalezas del hombre. Estas cualidades estéticas hacen de ella una obra verdaderamente clásica dentro de la literatura estadounidense.

LA CABAÑA DEL TÍO TOM

Autor: Harriet Beecher Stowe, novelista; 1811-1896.

Otras obras: Dred, Relato del gran pantano maldito; El galanteo del ministro; La perla de la isla de Orr; Gentes de 0Idtown, Los papeles de Harriet Beecher Stowe ( 16 volúmenes), etcétera.

Género y corriente: Novela romántica social.

Estructura: Está compuesta por un prólogo del autor, 44 capítulos nominados y una conclusión.

Sinopsis: Publicada en 1852, esta obra encierra y representa una denuncia contra la esclavitud, la injusticia y la desigualdad entre los hombres, postura ideológica que más tarde dio origen a la famosa guerra de secesión o guerra civil entre el Norte (antiesclavista) y el Sur (esclavista), en Estados Unidos (1861-1865).

En el estado norteño de Kentucky, antes de ser abolida la esclavitud, el rico terrateniente Shelby, para poder pagar fuertes deudas contraídas, se ve en la dolorosa necesidad de vender y separar de su familia al más fiel de sus esclavos, el viejo tío Tom, y a Henry, un negrito de 4 años de edad. Cuando la madre de éste, Elisa, una linda mestiza de 20 años, se entera de que han vendido a su hijo, huye con él de la hacienda de sus amos y atraviesa el Ohio helado, poniéndose a salvo en una colonia de cuáqueros, gente abolicionista (donde se reúne con su marido, quien también ha escapado de otros amos en busca de la libertad). Pero el tío Tom sufrirá una penosa esclavitud luego de un feliz encuentro con la pequeña Evangelina Saint-Claire, cuyo padre compra a Tom. El señor Saint-Claire, un rico plantador de Louisiana, es un hombre bondadoso y de buenos sentimientos con todos sus esclavos, pero a los dos años de la llegada del viejo Tom, la niña se enferma y muere, y también su padre —una bala le atravesó el costado al querer evitar una riña—, cuando éste había comenzado a tramitar la libertad del viejo esclavo. El tío Tom va a parar a manos del brutal Simón Legree, dueño de una plantación de algodón. El nuevo amo, que odia a Tom por sus virtudes humanitarias pero reconoce su capacidad de trabajo, quiere convertirle en capataz de los demás esclavos; como Tom se niega a castigarlos y no se doblega ante Legree, éste ordena azotarlo cruelmente. Al poco tiempo, tomando como excusa la huida de dos negras, para hacerle confesar lo que sabe, el propio Legree golpea a Tom hasta dejarlo desmayado. Cuando dos días después llega George Shelby ---el hijo del primer dueño de Tom— a tratar de rescatarlo, lo encuentra moribundo y el pobre negro expira en sus brazos. Sobre su tumba, George promete conceder la libertad a todos sus esclavos; y así lo hace, en efecto, cuando tiempo después llega a sus posesiones.

La cabaña del tío Tom es, en realidad, un libro sentimental, romántico y muy débil en cuanto a valores literarios. Sin embargo, fue la protesta emotiva de más efecto contra la esclavitud, por lo que su mayor fuerza radica en su contenido. Se ha afirmado de ella que es la primera novela sociológica conocida, cuyo propósito fue contribuir a erradicar una terrible lacra social.


EL ÚLTIMO DE LOS MOHICANOS

Autor: James Fenimore Cooper, novelista; 1789-1851.

Otras obras: El espía, Los pioneros, El cazador de ciervos, La pradera El bravo, Elguia, El jefe, etcétera.

Género y corriente: Novela de aventuras.

Estructura: Está dividida en 33 capítulos. Es el segundo título de la serie Calzones de cuero.

Sinopsis: La acción se desarrolla en Estados Unidos, durante la última guerra que allí sostienen Inglaterra y Francia por la colonización de esas tierras. El comandante inglés Munro, al ver en peligro su fortín por el avance de las tropas francesas al mando de Montcalm, pide el envío de refuerzos. Le mandan mil quinientos hombres, además de las dos hijas de Munro, Alicia y Cora, a quienes acompaña el mayor Heyword, prometido de Alicia. Estos últimos y algunos soldados toman un atajo para llegar antes, para lo cual se sirven del guía indio Magua, jefe de los hurones. Pero una vez Munro había mandado azotar a Magua. El indio entonces, para vengar aquella ofensa, hace internar al pequeño grupo a su cargo en el bosque, donde están al acecho sus indios, aliados de los franceses. Pero se encuentran con el cazador Ojo-de-Halcón y su amigo Unkas, el último de los mohicanos, ambos enemigos mortales de los hurones, y salvan a los in­gleses de caer en la trampa. Después de otros incidentes guerreros, el grupo logra llegar al fortín de Munro, sitiado ya por los franceses. Finalmente éstos vencen. A los ingleses sobrevivientes se les rinden honores; pero nuevamente atacan los hurones y en medio de la matanza hacen prisioneras a Alicia y Cora. Munro y sus hombres tratan de rescatarlas pero son inútiles todos sus intentos y Cora es asignada a Magua como botín de guerra.
Los ingleses, ayudados por la tribu de los delaware, luchan contra los hurones y los aniquilan. Magua mata a Cora y a Unkas, "el último de los mohicanos", y él muere a manos de Ojo-de-Halcón. Cora y Unkas son enterrados juntos. Munro sobrevive, pero nunca puede superar el dolor de aquella terrible pérdida. Alicia regresa a su tierra, y el gran cazador Ojo-de-Halcón permanece con los fieles delaware.
Es ésta la obra más popular de Cooper, una clásica novela de aventuras entre los pieles rojas. Por momentos, su prosa adquiere vuelos genuinamente poéticos, por ejemplo al dar el final de Unkas; y a pesar de que sus personajes están idealizados románticamente, siempre son auténticos, igual que el ambiente natural y sus moradores.

EL DERRUMBE DE LA CASA DE USHER

Autor: Edgar Allan Poe, escritor y poeta; 1809-1849.
Otras obras: cuentos pertenecientes a sus Narraciones extraordinarias: "El escarabajo de oro", "El pozo y el péndulo", "El gato negro", "El barril de amontillado", "Descenso al Maëlstrom", "Los crímenes de la calle Morgue", etcétera; Aventuras de Arthur Gordon Pym (novela); El cuereo, Las campanas, Ulalume (poemas), etcétera.
Género y corriente: Cuento de terror.
Estructura: No presenta divisiones
Sinopsis: El horror de este cuento proviene sobre todo del ambiente lúgubre, desolado e inquietante que rodea la impresionante casa. El relato está hecho en primera persona; el narrador acude a visitar a un viejo amigo suyo, Roderick Usher, quien lo ha llamado con urgencia para que lo acompañe y pase con él una temporada en su vieja mansión, pues se siente presa de misteriosos terrores. La carta de Usher revela la agitación nerviosa de éste: dice padecer un malestar físico y hasta cierto desorden mental. El narrador parte solo, un día de otoño "oscuro, sombrío y silencioso", y llega al anochecer a la tenebrosa casa, la cual parece envuelta en un "vapor maligno y pesado". El interior de la mansión concuerda con su aspecto externo; sus intrincados corredores tienen "negros pisos de ébano", y el estudio donde Roderick Usher recibe a su amigo es una habitación triste y desolada. Usher es un hombre acabado, enfermo avejentado, último baluarte de su familia débil y enfermiza. Es cordial, sincero y afectuoso, pero inspira temor y compasión; se le nota nervioso, incoherente y voluble en sus actitudes, dominado por una imprecisa sensación de pánico, influido indudablemente por el clima peculiar de la mansión en que vive. Usher tiene una idea fija: va a morir de terror.
Los acontecimientos se precipitan. Roderick vive solo con su única hermana, lady Madeline, enferma desde tiempo atrás de una extraña languidez, quien esa misma noche cae en cama rendida por su mal. Poco después, Usher comunica a su amigo la muerte de lady Madeline; antes de enterrar definitivamente el cadáver, quiere conservarlo en una de las bóvedas que hay en los muros de la casa. Así, ambos bajan el ataúd al fondo de un pequeño nicho profundo y oscuro. Pasan siete u ocho días. Una noche el visitante no puede dormir: siente vagos temores, un desasosiego que va en aumento. De pronto llega su amigo, pálido y desencajado y le propone hacerle compañía. Ambos pasan juntos una indescriptible noche de terror: hay tormenta, el viento "hace hablar" a los pesados cortinajes, escuchan extraños ruidos, rumores y ecos cada vez más próximos como si alguien se acercara. De repente se abren lentamente las dos hojas de la puerta y aparece "la alta y amortajada figura de lady Madeline". Como sufría ataques de catalepsia, la habían sepultado viva. Madeline da unos pasos hacia su hermano y cae agonizante sobre él, arrastrándolo consigo al suelo. Roderick muere de terror, como él mismo había vaticinado. Lleno de horror, el amigo huye despavorido de la espeluznante casa, y al alejarse ve cómo de pronto comienza a derrumbarse la vieja mansión ante sus ojos y a desaparecer en las turbias aguas del lago que la rodea, identificándose así con el destino de sus desdichados habitantes.
Edgar Allan Poe, calificado como "el padre del cuento contemporáneo", muestra una clara influencia del "romanticismo negro" a través de su fantasía cruel y de su gusto por el terror, el misterio, la muerte y el más allá, temas de sus Narraciones extraordinarias, a las que pertenece el magistral cuento aquí presentado.

CUENTOS DE LA ALHAMBRA

Autor: Washington Irving, novelista y cuentista; 1783­1859.

Otras obras: Relatos de un viajero, Rip van Winkle, La casa de Bracebridge, La conquista de Granada, Leyendas de España, Oliver Go1dsmit4 entre otras; El libro de los bocetos (cuentos).

Género y corriente: Narrativa romántica fantástica.

Estructura: Colección de cuentos reunidos en forma novelada.

Sinopsis: La mayoría de estos célebres cuentos —según declara el propio autor— los escribió en la Alhambra durante un viaje que hizo por España en 1829 y duró tres años. En esencia, son leyendas que surgen y se ambientan en tierra española, durante los últimos años del dominio morisco en la península, las cuales Irving recoge; en ellas combina su aguda observación de la realidad con una gran riqueza imaginativa, aunque procurando siempre "conservar el color y la verosimilitud local".

En dichos relatos el autor despliega su mejor talento literario: el nigromante árabe que, despechado porque el rey le niega una hermosísima joven en pago de sus servicios al haber destruido los ejércitos enemigos con sus artes mágicas; huye con ella a la montaña ("La leyenda del astrólogo árabe"); tres princesas moriscas son encerradas por su padre en una torre para evitar que se enamoren y decidan abandonarlo; pero, pese a ello, conocen a tres caballeros cristianos prisioneros, dos de ellas se dejan raptar, pero la otra no se anima y muere desesperada ("La torre de las infantas"); el joven príncipe árabe, también es encerrado en una torre a causa de los celos paternos y confiado a un astrólogo, ayudado por una paloma se enamora de una princesa cristiana y se casa con ella luego de una fuga llena de sobresaltos y de terribles combates ("El peregrino de amor"). También hay otros cuentos no menos interesantes: "La leyenda del legado del Moro" trata de un fabuloso tesoro encontrado por un pobre aguador siguiendo las indicaciones de un pergamino que le hereda un moro desconocido; "La leyenda de la Rosa de la Alhambra" nos cuenta la historia de una doncella que, gracias a un laúd mágico que encuentra y con el cual cura a Felipe V de su melancolía, logra casarse con el paje del rey, a quien ama; etcétera.

Típicamente románticos, estos relatos destacan por su estilo elegante y recargado, mediante el cual el autor recrea lo legendario y fantástico de su origen. Por su fascinante y delicado humor y por su poderosa y rica fantasía imaginativa, Irving es un autor pocas veces superado en su género.


domingo, mayo 02, 2010

NANÁ

Nana.doc

Autor: Émile-Edouard-Charles-Antoine Zola, novelista; 1840-1902.

Otras obras: Teresa Raquin,- el ciclo de LosRougon-Macquart, al que pertenecen La fortuna de los Rougo, La ralea, El vientre de París, La conquista de Plassans, Su excelencia Augusto Rougon, La taberna, Comida corriente, La alegría de vivir, Germinal, La tierra, El doctor Pascar etcétera.

Género y corriente: Novela naturalista.

Estructura: Está integrada por 14 capítulos.

Sinopsis: Hija de Coupeau y Gervasia Macquart - protagonistas de La Taberna—, Naná, prostituida desde niña, es presentada por el autor cuando pasa de una mísera vida galante a la conquista de París como la mujer de moda, título que conquista a raíz de su debut en La rubia Venus, en el teatro Variedades.
Al día siguiente de su exitosa representación —debida a su belleza, juventud y desvergüenza, más que a méritos artísticos—, Naná decide confiar el cuidado de su hijo Luisito, de padre desconocido, a su tía, la señora Lerat. Entre otras numerosas visitas, acepta recibir la del conde Muffat de Benville, el suegro de éste, el marqués de Chouard, y la del joven Jorge Hugon, de 17 años.
En el animado cuadro de la vida galante de la alta sociedad y de las intrigas y enredos entre bastidores que constituyen la ambientación de la novela, Zola hace desfilar una variedad de personajes muy interesantes, como el conde Xavier de Vandeuvres, el banquero Steiner, el periodista. Fauchery, la señora Maloir, Labordette, Lucy Stewart, Rosa Mignon, la Satin, la doncella Zoe, el cómico Fontan... Steiner ha sucumbido a los encantos de Naná y le compra la quinta La Mignotte; ahí ella, sin embargo, además de recibirlo a él, agasaja también a su constante adorador, el pequeño Jorge o Zizi, como ella le llama, a quien se entrega alegremente.
También consigue que el rígido y honorable conde Muffat caiga bajo su seducción, y durante algún tiempo es su amante, sin perjuicio de complacer a otros pretendientes.
Más adelante y durante una corta temporada, encuentra interesante y divertido hacer vida de mujer honrada con el cómico Fontan; le jura fidelidad, deja el teatro y pasa por toda clase de bajezas y humillaciones al verse en la miseria, hasta el punto de ejercer la prostitución callejera en compañía de la Satin, con la que tiene relaciones lesbianas. Finalmente vuelve al teatro y con el conde Muffat, y durante algún tiempo lleva una vida distinguida.
El pequeño Jorge, que se ha aficionado a ella, no quiere abandonarla, y la señora Hugon, madre del joven, envía a su otro hijo, Felipe, a casa de Naná para tratar de convencerla de dejar libre a Jorge; pero el mediador resulta conquistado también, y cuando el primero de los jóvenes se entera de ello, atormentado por los celos y por el rechazo, intenta matarse frente a la alcoba de Naná.
El conde Muffat, se arruina poco a poco y pasa por toda clase de vejaciones y desdenes para que Naná no lo eche de su casa, al punto en que se ve obligado a renunciar a su alto cargo por la vida escandalosa y censurable que lleva; por fin, desesperado y moralmente deshecho, luego de sorprender un día a su suegro, el marqués de Chouard, junto con Naná, desaparece.
El banquero Steiner, Vandeuvres y La Faloise, también son arruinados por la temible Naná, y hasta Felipe Hugon, cuyo sueldo de militar no le permite lujos, roba para ella y va a la cárcel, de la que sale deshonrado, a tiempo apenas para velar el cadáver de su hermano Jorge, quien ha muerto a consecuencia de una herida.
Naná vende todas sus pertenencias y se marcha sin decir a dónde.
Después de consumar su obra de ruina, muerte y podredumbre social, Naná desaparece por un tiempo en el que nadie sabe de ella.
Regresa a París enferma de viruelas y se aloja en un hotel en el que agoniza durante tres días; finalmente muere sin que nadie se dé cuenta hasta que el cadáver empieza a infectar el cuarto; su rostro antes tan bello ahora es un horror, lleno de pústulas, costras, y agujeros; de la otrora peligrosa hermosura de Naná solo queda un montón de carne putrefacta esparcida sobre la almohada.
Con un estilo concreto, crudo y descarnado, propio del realismo y de la escuela naturalista, de la que Zola fue el máximo exponente, se narra la historia sin perdonar ni ocultar nada, aunque al desnudar el alma de sus personajes sólo encontrarnos lodo y miseria.
A Zola le interesa la verdad de la vida, y a ésta ha amoldado su visión de la existencia y su estilo llano y sin pudor, cruel y despiadado, que persigue siempre un fin moralista.

BEL-AMI

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Autor: Guy de Maupassant, cuentista y novelista; 1850- 1893.

Otras obras: Una vida, Monte-Oriol, Pedro y Juan, Fuerte como la muerte, Nuestro corazón. (Novela) y muchos volúmenes de cuentos como Bola de sebo, La pensión Tellier, La señorita Fifí, etcétera.

Género y corriente: Novela realista naturalista.

Estructura: Dividida en dos partes y 18 capítulos.

Sinopsis: El sobrenombre del protagonista, que también es el título de la novela, le es impuesto por algunas.de sus amigas que distinguen a Jorge Duroy como el tipo representativo del guapo o chulo —vividor y mantenido— que ha acumulado riquezas viviendo a costa de las mujeres que lo han amado.
Hijo de unos taberneros de pueblo, llega a París sin un centavo después de cumplir con su servicio militar en África.
Protegido por su antiguo compañero Forestier, escribe unas crónicas y logra entrar como reportero auxiliar en La vida francesa, periódico propiedad del judío Walter, en el que su amigo Forestier ha llegado a jefe merced a la ayuda de su esposa Magdalena, mujer inteligente y bella que escribe por él.
Jorge Duroy se hace amante de Clotilde de Marelle, la cual, en el transcurso de la obra y a través de todas las vicisitudes, siempre le demuestra su amor ayudándolo incluso pecuniariamente.
Muerto, Forestier, Jorge se casa con Magdalena a pesar de la dudosa conducta de ella, especialmente en lo que concierne a su amistad con el conocido conde de Vaudrec.
Magdalena "protege" a su nuevo marido de la misma manera que hacía con el anterior, y "colabora" con él en la obtención de noticias políticas y redacción de artículos periodísticos.
Con tan eficaz ayuda, Duroy pronto ocupa el puesto que su amigo desempeñaba en el periódico y, entre otros actos de desaprensión, tiene el cinismo de compartir con su mujer la cuantiosa herencia que deja a ésta el conde de Vaudrec.
El aprovechado periodista tiene también amores con la otoñal esposa del director del periódico, el señor Walter, pero pronto se hastía de ella, pues le resulta empalagosa; sin embargo, carente de escrúpulos, el vividor no vacila en aceptarle el dinero ganado gracias a un secreto político que emplea para beneficiarse de una maniobra bursátil.
Como remate de su osadía y de su fortuna con las mujeres, Bel-Ami corteja también a Susana Walter, hija del opulento director del periódico y de su anterior amante.-
Poco después, al sorprender a Magdalena en flagrante adulterio, se divorcia y se casa con la joven millonaria.
En esta novela, amena y realista, viven también otros personajes admirablemente delineados.
Maupassant considera que el valor fundamental de la literatura no es sólo la expresión de sentimientos y de ideas, sino también la búsqueda artística de la verdad en la realidad ambiental, de ahí su estilo sobrio y fuerte mediante el cual, sin pasión, describe con minuciosidad la vida social e íntima de sus contemporáneos, con sus problemas y luchas interiores.
Sin sostener principios estéticos ni morales, el autor, —considerado el último naturalista—, se preciaba de no emplear la imaginación en sus obras y por el contrario realizarlas describiendo sólo lo que había observado.

LA METAMORFOSIS

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Autor: Franz Kafka, novelista, cuentista y ensayista nacido en Praga; 1883-1924.

Otras obras: Contemplación (ensayo); El médico rural, Un artista del hambre (cuento); América, El proceso, La muralla china, El castillo, (novelas póstumas), etcétera.

Género y corriente: Novela fantástica.

Estructura: No presenta divisiones.

Sinopsis: Dos ideas principales y casi obsesivas se destacan en este extraño y alucinante relató: el problema de la autoridad —de la jerarquía paterna en particular— y la tremenda soledad e incomuni¬cación que suele afectar las relaciones entre los seres humanos, principalmente dentro de la familia.
Es importante señalar en esta obra la admirable originalidad con la que el autor creó el argumento, así como el ambiente fantástico en que se desarrolla el relato.
Gregorio Samsa, un viajante de comercio, se despierta una mañana convertido en un insecto. No puede explicarse cómo ha ocurrido aquello, pero está seguro de no estar soñando. Trata de seguir durmien¬do sin lograrlo, entonces se pone a divagar sobre lo cansada que es su profesión, la molestia de levantarse en las madrugadas y, además, su responsabilidad en el hogar. De nuevo intenta levantarse; el tren sale a las cinco; él no puede ni quiere aceptar su nueva condición.
De pronto, su madre llama a la puerta del cuarto para decirle la hora, pues ya es tarde y debe marcharse de viaje; el padre se impacienta, la hermana se inquieta. También llega un empleado importante para averiguar el porqué de la tardanza de Gregorio.
Éste, mientras tanto, tiene la puerta cerrada con llave. Como no responde ni abre, todos se impacientan; la hermana comienza a sollozar. Adentro, Gregorio yace sobre la alfombra, grita algo y de su garganta surge una voz animal, se aproxima a un baúl e intenta enderezarse para abrir la puerta y dejarse ver. La madre, ya preocupada y llorando, manda buscar a un médico con la hermana; el padre, exasperado, ordena a la criada ir por un cerrajero.
Gregorio-insecto aparece medio desfallecido y sangrante. El empleado principal retrocede asqueado; la madre se desmaya; el padre lo amenaza con el puño y luego llora con desesperación.
Este ambiente tenso, impresionante y fantástico, domina durante todo el relato. Se destacan la hostilidad del padre, que lo golpea con un bastón, y la solicitud de la hermana que al principio es la única que se preocupa por llevarle comida y después le manifiesta abiertamente su desagrado de verlo en ese estado. Lleno de temor y vergüenza, Gregorio va cayendo en la humillación y la animalidad, aumentando cada vez más su terrible incomunicación y soledad.
Un día le vacían el cuarto donde está encerrado, le quitan "todo cuanto él amaba"; cuando intenta defenderse, la hermana le grita y lo amenaza con el puño; más tarde, el padre lo hiere y tarda más de un mes en curarse. Gregorio se margina; la familia se desentiende de él y la criada se encarga de cuidarlo, sólo ella no le tiene repulsión. Gregorio yace amargado e inmóvil debajo de un sofá. Ya casi no come. Está sucio y cubierto de polvo.
Cansados de aquel monstruo, en cierta ocasión la hermana pronuncia la terrible sentencia: "Debemos librarnos de él". Gregorio la oye. Dolido y debilitado se arrastra hasta su habitación y finalmente muere, pero antes piensa con emoción y cariño en todos los suyos. Cuando a la mañana siguiente la sirvienta descubre el cadáver, lo barre con la escoba. Nadie de la familia se conmueve demasiado, y dedican aquel día al descanso y a paseos, conversando y haciendo planes para el futuro. La vida sigue su curso normal y cotidiano. Gregorio ya ha sido olvidado.
El mundo de La metamorfosis posee una ambientación propia, de gran originalidad, terrible; en ella se realiza una lucha dolorosa y sin esperanza, atestiguada por un escritor inteligente y sensible.
En esencia, llevando la interpretación de este relato a un nivel más profundo, el conflicto radica en la lucha de la existencia humana contra un mundo caótico gobernado a base de propósitos desconocidos para el hombre. Esto genera un sentimiento de desolación, expresado por el autor mediante una prosa clara y simple, sin rebuscamientos formales ni técnicos, con un estilo lento y prolijo, propio de los escritores de este género.

EL JUDÍO SUSS

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Autor: Lion Feuchtwanger, novelista, ensayista y dramaturgo; 1884-l958.

Otras obras: La judía, Los hermanos Oppenheinz, Éxito, Exilio, Vendrá el día, y varias. Biografías noveladas y obras de teatro.

Género y corriente: Novela expresionista.

Estructura. Está integrada por cinco libros: Los príncipes, El pueblo, Los judíos, El duque y El otro.

Sinopsis: El, protagonista de esta novela es el rico y prominente banquero judío Reb Joseph Süss-Oppenheimer, personaje histórico que vivió en los primeros decenios del siglo XVIII, y fue consejero de finanzas y protegido del duque Karl-Alexander de Wúrtteinberg. Como se había ganado muchos enemigos con su política fiscal, a la muerte de su protector fue procesado por traición y condenado a morir en la horca.
En la obra, el duque es de temperamento alegre y valiente, libertino y violento, y es Súss quien dirige la vida económica del país, impone onerosos impuestos y viola sistemáticamente las leyes. Desde luego, defiende los intereses de su amo, pero tampoco olvida los propios.
Süss ama el lujo, la riqueza y las mujeres, y para hacerse cada vez más necesario, favorece los amoríos del duque, quien con su complicidad logra seducir a Magdalena, la hija de un prelado. Éste, para vengarse de Süss, hace entrar al duque en la casa donde vive en retiro Noemí, la hija del judío. La joven, resistiéndose a los deseos del duque, se mata. Süss, trastornado por la pérdida de su hija predilecta, se dedica entonces a fraguar la ruina de su señor: lo convence para dar un golpe de estado, instaura un poder absolutista y luego lo denuncia a los miembros del parlamento.
El duque muere cuando se entera de la acusación, y con este castigo podría parecer que Süss logra sus propósitos. Entonces se produce en él un cambio sustancia: la venganza pierde su valor y sólo en la expiación le será posible encontrar la paz. Para salvar a sus cómplices, asume él toda la culpa, se denuncia y sufre un proceso largo y terrible en el que se desahogan todos los odios y rencores acumulados durante muchos años. Podría salvarse renunciando a su religión, renegando de sus padres, y atribuyéndose el merito de haber puesto al descubierto los planes del duque. Pero Süss no quiere valerse de ninguno de estos argumentos y, para salvar su alma, acepta serenamente la muerte.
Ubicada en el expresionismo, la novela presenta y reconstruye con riqueza un amplio cuadro de la época: vida, costumbres, clases sociales y despotismo de la corte alemana. No está excluida la fantasía, sin embargo, el autor subordina La verdad de los hechos históricos a una misteriosa fatalidad, la cual determina todos los acontecimientos que se desarrollan en la novela.

RAZA DE BRONCE

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Autor: Alcides Arguedas, narrador, ensayista, historia¬dor, periodista y polítíco; 1879-1946.

Otras obras: Piragua, Wata Wara, Vida criolla, etc. (novelas); Pueblo enfermo, Historia general de Bolivia, La danza de las sombras: I. Literatura y viajes. II. Polí¬tica y la guerra del Chaco, etcétera (ensayos).

Género y corriente: Novela indigenista.

Estructura: Está integrada por 15 capítulos.

Sinopsis: A orillas del lago Titicaca dos jóvenes aymaras, de la hacienda de los Pantoja, se comprometen en matrimonio. Ella, Wata Wara, es una linda pastora; él es pescador y se llama Agiali. El prometido informa a su novia que debe emprender un largo viaje rumbo al valle, con el fin de comprar semillas para la hacienda del patrón y vender sus propios productos. Agiali y sus compañeros no desconocen los peligros del camino; de hecho, saben que la encomien¬da del patrón representa un castigo.

Al amanecer del día siguiente, los viajeros inician su marcha rumbo al valle. Entre burros y mulas llevan doce bestias. Al poco tiempo, el paisaje comienza a cambiar, les salen al encuentro otros follajes, otra naturaleza, nuevos frutos que les despiertan gula y codicia.

Así, el camino se les ofrece como un regalo para deleite de sus sentidos. "Enjambres de aves de brillante y encendido plumaje picoteaban, entre silbos y trinos, la cosecha de los árboles. El aire era tibio, a pesar de que el sol no doraba aún la playa, y en el alfoz de los cerros crecían enormes algarrobos de tronco atormentado." Pero la natura¬leza es inclemente con los hombres; un día, Manuno, el infortunado compañero de Agiali, perece al querer salvar la vida de su asno. Las impetuosas olas del río lo arrastran entre lodo, agua y piedras.
Los aymaras, fatigados, enfermos, con sus bestias inservibles, regresan al altiplano, a su yermo natal, también de espléndidos paisajes. Al llegar, Agiali se entera de cómo, durante su ausencia, Wata Wara fue violada por Troche, el mayordomo. Sin embargo, la toma por esposa luego de que ella aborta el fruto del abuso.
Choquehuanka, de quien apenas teníamos noticias en la primera mitad de la historia, cobra ahora gran importancia. Es consejero, astrónomo, curandero, adivino y algunos lo tildan de hechicero. Agudo y perspicaz, de mirada escrutadora y penetrante, Choque¬huanka sabe lo que pasa en el corazón de los hombres. Posee la sabiduría y prudencia para contener la indignación de los aymaras por los ultrajes que les infligen los poderosos. Además, la inclemencia de la naturaleza con sequías y tormentas agudiza el hambre, la muerte, la desesperación. Todo contribuye a grabar en los indios un fatalismo secular. "Nuestro destino es sufrir", dice uno de ellos. Para colmo, quienes alguna vez fueron sus hermanos de raza, son ahora serviles instrumentos de los blancos. El clero también es responsable y con¬tribuye a la expoliación; sabe aprovecharse de las circunstancias y sus miembros llevan una vida holgada.
Un día, Pantoja y sus amigos sorprenden a la joven esposa de Agiali y, para gozarla entre todos, la llevan hasta una cueva donde, según los indios, vive el diablo. Ella, ágil y robusta, se defiende con uñas, dientes y pies. Pero, poco después Pantoja y sus amigos salen de la cueva limpiándose la sangre de cuerpos y ropas. Habían matado a Wata Wara.
Cuando Agiali encuentra el cadáver de su esposa, regresa deses¬perado a casa de Choquehuanka y le cuenta lo sucedido. El viejo indio convoca a su gente. La muchedumbre indígena que vive y traba¬ja en la hacienda, antes resignada, sufrida, vencida, esa "raza de bronce" por el color de su piel y por su temple endurecido con tanto resistir, ahora se rebela y subleva. El estallido de la rebelión es aterrador. Los indios destruyen, incendian, matan. No importan las consecuencias ni lo que venga después.
La acción se reparte entre el valle y el altiplano, con excelentes descripciones de paisajes que enmarcan leyendas, supersticiones, costumbres y sufrimientos ancestrales.
Con un trasfondo de evidente denuncia social, Raza de bronce es una de las primeras novelas latinoamericanas que desarrolla el tema de la vida miserable de los indígenas del altiplano de Bolivia.
Fue publicada en 1919.

LOS SERTONES

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Autor: Euclides da Cunha, escritor y político; 1866-1909. Otras obras: Perú versus Bolivia, Contrastes y con¬frontaciones, Al margen de la historia (ensayos).

Género y corriente: Novela histórica.

Estructura: Está dividido en tres partes: La tierra, estudio biogeográfico de la región de los sertones, desde la perspectiva científica y casi mecanicista de las ideas dominantes en el siglo pasado. La segunda parte, El hombre, costumbres del habitante de los sertones —seminómada, rebelde y supersticioso--mostrando las complejidades del problema étnico del sertanero, en quien se cruzan y funden blancos, negros y mulatos; la tercera parte del libro cuenta el conflicto que da origen a las cuatro expediciones militares enviadas por el gobierno republicano para atajar las sospecho¬sas acciones de Antonio el Consejero.

Sinopsis: En El hombre, da Cunha presenta la biografía de Antonio Mendes Maciel, el Consejero, un ser extraño, personificación del sertanero y líder mesiánico aclamado y seguido fielmente por sus partidarios; su vida juvenil, correcta y serena, a pesar de sus anteceso¬res violentos; nos habla de su drama conyugal, su peregrinación, su creciente influencia y sus prédicas, de quien cuenta da Cunha: "El Consejero continuó sin tropiezos su misión perturbadora, creciendo en la imaginación popular y, se dice, hacia curas milagrosas." Todo comienza cuando los seguidores de esta figura mesiánica fundan varias pequeñas comunidades religiosas, mientras esperan, de acuer¬do con las profecías de su líder, el fin del mundo.
El Consejero predicaba la salvación; sin embargo, las autoridades católicas y los terratenientes del estado de Bahía se sentían amenaza¬dos por aquellas hordas de fanáticos, que se negaban a pagar impues¬tos y a respetar las leyes civiles y eclesiásticas. También se acusa a los fieles del Consejero de dar asilo a criminales —entre ellos varios cabecillas cangaceiros—, de practicar el amor libre y promover el derrocamiento de la recién instaurada república. Los fanáticos, por su parte, veían claros anuncios de la próxima llegada del Anticristo en la implantación del sistema métrico decimal y en el matrimo¬nio civil.
En 1896, el gobernador del estado de Bahía envió una fuerza policiaca de poco más de cien hombres para combatir a los fanáticos que "amenazaban con perturbar la paz de los sertones". Pero la gente del Consejero sorprende a los soldados, los derrota y hace abandonar la ciudad de Uauá, donde se habían hecho fuertes.
Este descalabro suscita la reacción de las autoridades. Así, se organiza la segunda expedición, pero sin un plan determinado, porque había desacuerdos entre el gobernador de Bahía y el jefe de las fuerzas federales destacadas en el mismo estado, sin contar con que los yagunzos se atrincheran en Canudos y allí —luego de varias escaramu¬zas— el ejército es vencido de nueva cuenta.
Al año siguiente, 1897, una tercera expedición compuesta por un batallón de infantería, un regimiento de artillería, un escuadrón de caballería y otros pequeños contingentes de la fuerza estatal bahia¬na, en total, 1281 hombres, muy bien pertrechada, va al mando del coronel Moreira César. También los rebeldes se preparan y el nú¬mero de sus fuerzas aumenta espectacularmente porque llegan de todas partes los seguidores del Consejero. El ejército, mal dirigido, entra en la ciudad de Canudos, convertida en una trampa. El coronel es alcanzado por las balas y los militares sobrevivientes huyen en desbandada.
Finalmente se organiza una cuarta expedición, equipada con armas modernas y abundantes municiones, bajo las órdenes del general Arthur Oscar. En medio de una gran conmoción nacional, las tropas parten de su base de operaciones y, luego de varios enfrentamientos, logran sitiar la ciudad rebelde de Canudos. La última batalla es larga y sangrienta. El ejército no tiene piedad y el pueblo fue cañoneado sin clemencia. Pero "Canudos no se rindió", simplemente enmudeció un atardecer, "cuando cayeron sus últimos defensores, cuando todos murieron. Eran sólo cuatro: un viejo, dos hombres y un niño, al frente de los cuales rugían rabiosamente cinco mil soldados".
Ante tal valor y fe, el autor no oculta su admiración. Euclides da Cunha, según sus convicciones positivistas, adelanta la hipótesis de que aquella rebelión fue consecuencia del medio ambiente y de la "degeneración racial" de los sertaneros.
Pero esta obra no es simplemente una exposición, un análisis o una muestra de lo que puede ser el enfrentamiento de la civilización contra la barbarie. El autor, haciendo justicia, no interpreta la realidad según sus convicciones ideológicas. Busca la verdad y, al hacerlo, se da cuenta de que los rebeldes no son degenerados raciales, ni Antonio el Con¬sejero, un simple fanático. Aunque da Cunha observa los errores del líder, lo presenta como un héroe trágico. Por otra parte, señala que la barbarie no es exclusiva del sertanero, porque el ejército de la "ci¬vilización" llega a perpetrar peores atrocidades.
Publicada en 1902, ésta es una narración histórica, pero también un profundo estudio antropológico y social de los sertones, extensa región en el nordeste del Brasil, y dé sus habitantes, hecho a partir del siglo XIX.
Es evidente que, en una sabia amalgama, da Cunha concibió y realizó un poema épico en prosa en el cual los sertones se convierten en un campo fecundo para favorecer el desarrollo literario de un personaje histórico, convirtiéndolo en un héroe legendario, con sentimientos y virtudes, anhelos y esperanzas, anhelos y frustraciones muy humanos.
Los sertones es una obra donde los acontecimientos históricos son el
pretexto para revelar la calidad artística de Euclides da Cunha. La parte ensayística del libro contiene concepciones científicas superadas ---es uno de los más destacados ejemplos del positivismo en el Brasil—, no así la denuncia de las injusticias, ni el aspecto literario, que se nos ofrece como una tragedia o como una narración histórica, entusiasta y vibrante, que engrandece a los protagonistas. Se le considera una pieza maestra en su género.

GRAN SERTóN: VEREDAS

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Autor: Autor: Joáo Guimaraes Rosa, narrador y diplomático; 1908-1967.

Otras obras: Sagarana, Primeras historias, últimas historias, Tutamera: terceras historias, Estas historias (cuentos); Cuerpo de baile, No Urubucuacuá, no Pingém (novelas).
Género y corriente: Novela regionalista moderna.
Estructura: Monólogo sin divisiones.
Sinopsis: Riobaldo, ahora viejo y retirado de las peripecias violentas, empieza por exponer sus obsesiones. Se pregunta constantemente acerca de la existencia del diablo, especula sobre el mal, recurre a anécdotas, enumera los rodeos que hacen los semaneros para no decir el nombre del diablo al que llaman "el Que Diga", "el Voto a Tal", "el Relincha-Madre", "el Mari-Cabrón", "el Sangre de Otro". Luego, narra algunas historias ejemplares, como la de Aleixo y la ceguera de sus hijos, la de Pedro Pindó y la maldad innata de su vástago. Habla también de su compadre Quelemén, un inspirado espiritista. Después, vuelve a insistir en su preocupación de toda la vida: la lucha entre el bien y el mal; de ahí que ponga en relieve que "por eso es por lo que se necesita principalmente la religión: para desenloquecerse, desenlocar. El rezo es el que sana la locura. Por lo general. Él sí que es la salvación del alma..."
Riobaldo, al ahondar en el alma misma del sertón, investiga el extraño aire mesiánico y profético que sopla en la extensa comarca. Los yagunzos invocan a todas las presencias reconocibles en este mundo —al diablo más que a Dios—, transformadas en obsesiones que rodean a los sufridos habitantes del sertón. Habla, por ejemplo, del jefe Joao Cazuzo a quien, cuando estaba en combate, se le apareció "Nuestra Señora".
El narrador sigue únicamente el flujo de sus recuerdos, la corriente de su pensamiento, sin orden preestablecido; por consiguiente, adelanta o retrasa historias, y a veces los hechos aparecen cronológicamente trastocados cuando se refiere a la guerra de los yagunzos. Él mismo aparece como yagunzo, por primera vez, bajo las órdenes de Medeiro Vaz, jefe justiciero que lucha para vengar la muerte del líder Joca Ramiro. Pero Medeiro Vaz muere sin haber logrado su propósito. Lo sustituye entonces, como jefe provisional, Marcelino Pampa. "¡Sin embargo, nuestro jefe en aquel tiempo ya era —usted váyalo sabiendo Zé Bebelo!"
Riobaldo, muchos años antes, había sido contratado como profesor de Zé Bebelo, jefe en buenas relaciones con políticos y contratado por éstos para "limpiar el sertón del bandidaje bravo".
Finalmente, luego de haber concluido su contrato, Zé Bebelo regresa al sertón y queda como jefe del grupo de Medeiro Vaz, pero se, sabe que hablaba demasiado y carecía de autoridad moral para seguir al mando de sus hombres. Entonces cedió su lugar a Riobaldo para continuar la persecución del hombre que había vendido su alma al diablo por traicionar a Joca Ramiro.
Pero Riobaldo también pacta ostensiblemente con el diablo para poder terminar con Hermógenes, responsable de la muerte del honorable jefe Joca Ramiro, y restablecer el equilibrio del mundo de los yagunzos, roto por la traición de Hermógenes, enemigo de Dios, a quien se compara con el demonio por su crueldad y depravación, ya manifiestas desde que peleaba al lado de los buenos.
Pero, así como Hermógenes es la representación de la fuerza maléfica, Diadorím, el guerrillero que los acompaña, joven hermoso y de ojos verdes, es la personificación de la belleza y la bondad. Diadorím es amigo de Riobaldo, pero también se convierte en su "inquietud", pues si bien al lado del joven el narrador lleva a cabo grandes hazañas, duda de su propia hombría cuando se da cuenta de que Diadorím despierta en él una gran pasión, y se confiesa a sí mismo "primero, me enteré de que quería a Diadorim de amor mismo amor, mal encubierto de amistad. De mí para mí, fue de repente cuando aquello se aclaró: hablé conmigo. No me asombré, no me pareció malo; no me reprobé entonces."
En una de las últimas batallas, luchan frontalmente las dos fuerzas, Diadorim-Hermógenes. Riobaldo es testigo de todo cuanto ocurre. El desenlace es la muerte de los dos enemigos, el bien y el mal. Diadorim cae herido y poco después muere. Los testigos, entonces, miran detenidamente su cadáver y se dan cuenta de que era una hermosa mujer, nada menos que la hija del jefe Joca Ramiro. Riobaldo, al verla sin vida, exclama entre sollozos "Ella era. Tal que así que desencantaba, de un encanto tan terrible; levanté mis manos para santiguarme, pero lo que con ellas escondí fue un sollozo, y escondí las lágrimas mayores. Aullé. Diadorim, Diadorim era una mujer. Diadorim era una mujer como el sol no incendia el agua del río Urucuia, como yo sollocé mi desesperación."
La historia de la vida de Riobaldo el yagunzo, podría clasificarse como una canción de gesta brasileña, porque es la acción homogénea de un grupo heterogéneo guiado por un gran líder; cuando Zé Bebelo traiciona al grupo, se le enjuicia y sentencia con equidad; y, en la lucha, los protagonistas son purificados a través de una serie de difíciles pruebas.
En esta novela se conjugan conceptos sobre la existencia de Dios y el diablo, el papel del destino en la vida del hombre, la naturaleza del valor y la esencia de las relaciones entre el hombre y la mujer.
La eficacia del modelo literario de Gran sertón: veredas, es una de las más notables de la narrativa latinoamericana, a tal punto que ha sido aclamada como la mejor novela brasileña escrita luego de la segunda guerra mundial.
El lenguaje resulta ser, además, una de las innovaciones fundamentales de la obra; Guimáraes Rosa recurre a la alteración organizada de las estructuras gramaticales, destaca la musicalidad del habla sertanera, utiliza arcaísmos y aglutina palabras, cuyo producto deviene en una prosa original, densa, vigorosa, plástica. Este aspecto formal ha sido una de las contribuciones más importantes del autor al estilo y la técnica literaria de la lengua portuguesa. Fue editada en 1956.
, narrador y diplomático; 1908-1967.

Otras obras: Sagarana, Primeras historias, últimas historias, Tutamera: terceras historias, Estas historias (cuentos); Cuerpo de baile, No Urubucuacuá, no Pingém (novelas).
Género y corriente: Novela regionalista moderna.
Estructura: Monólogo sin divisiones.
Sinopsis: Riobaldo, ahora viejo y retirado de las peripecias violentas, empieza por exponer sus obsesiones. Se pregunta constantemente acerca de la existencia del diablo, especula sobre el mal, recurre a anécdotas, enumera los rodeos que hacen los semaneros para no decir el nombre del diablo al que llaman "el Que Diga", "el Voto a Tal", "el Relincha-Madre", "el Mari-Cabrón", "el Sangre de Otro". Luego, narra algunas historias ejemplares, como la de Aleixo y la ceguera de sus hijos, la de Pedro Pindó y la maldad innata de su vástago. Habla también de su compadre Quelemén, un inspirado espiritista. Después, vuelve a insistir en su preocupación de toda la vida: la lucha entre el bien y el mal; de ahí que ponga en relieve que "por eso es por lo que se necesita principalmente la religión: para desenloquecerse, desenlocar. El rezo es el que sana la locura. Por lo general. Él sí que es la salvación del alma..."
Riobaldo, al ahondar en el alma misma del sertón, investiga el extraño aire mesiánico y profético que sopla en la extensa comarca. Los yagunzos invocan a todas las presencias reconocibles en este mundo —al diablo más que a Dios—, transformadas en obsesiones que rodean a los sufridos habitantes del sertón. Habla, por ejemplo, del jefe Joao Cazuzo a quien, cuando estaba en combate, se le apareció "Nuestra Señora".
El narrador sigue únicamente el flujo de sus recuerdos, la corriente de su pensamiento, sin orden preestablecido; por consiguiente, adelanta o retrasa historias, y a veces los hechos aparecen cronológicamente trastocados cuando se refiere a la guerra de los yagunzos. Él mismo aparece como yagunzo, por primera vez, bajo las órdenes de Medeiro Vaz, jefe justiciero que lucha para vengar la muerte del líder Joca Ramiro. Pero Medeiro Vaz muere sin haber logrado su propósito. Lo sustituye entonces, como jefe provisional, Marcelino Pampa. "¡Sin embargo, nuestro jefe en aquel tiempo ya era —usted váyalo sabiendo Zé Bebelo!"
Riobaldo, muchos años antes, había sido contratado como profesor de Zé Bebelo, jefe en buenas relaciones con políticos y contratado por éstos para "limpiar el sertón del bandidaje bravo".
Finalmente, luego de haber concluido su contrato, Zé Bebelo regresa al sertón y queda como jefe del grupo de Medeiro Vaz, pero se, sabe que hablaba demasiado y carecía de autoridad moral para seguir al mando de sus hombres. Entonces cedió su lugar a Riobaldo para continuar la persecución del hombre que había vendido su alma al diablo por traicionar a Joca Ramiro.
Pero Riobaldo también pacta ostensiblemente con el diablo para poder terminar con Hermógenes, responsable de la muerte del honorable jefe Joca Ramiro, y restablecer el equilibrio del mundo de los yagunzos, roto por la traición de Hermógenes, enemigo de Dios, a quien se compara con el demonio por su crueldad y depravación, ya manifiestas desde que peleaba al lado de los buenos.
Pero, así como Hermógenes es la representación de la fuerza maléfica, Diadorím, el guerrillero que los acompaña, joven hermoso y de ojos verdes, es la personificación de la belleza y la bondad. Diadorím es amigo de Riobaldo, pero también se convierte en su "inquietud", pues si bien al lado del joven el narrador lleva a cabo grandes hazañas, duda de su propia hombría cuando se da cuenta de que Diadorím despierta en él una gran pasión, y se confiesa a sí mismo "primero, me enteré de que quería a Diadorim de amor mismo amor, mal encubierto de amistad. De mí para mí, fue de repente cuando aquello se aclaró: hablé conmigo. No me asombré, no me pareció malo; no me reprobé entonces."
En una de las últimas batallas, luchan frontalmente las dos fuerzas, Diadorim-Hermógenes. Riobaldo es testigo de todo cuanto ocurre. El desenlace es la muerte de los dos enemigos, el bien y el mal. Diadorim cae herido y poco después muere. Los testigos, entonces, miran detenidamente su cadáver y se dan cuenta de que era una hermosa mujer, nada menos que la hija del jefe Joca Ramiro. Riobaldo, al verla sin vida, exclama entre sollozos "Ella era. Tal que así que desencantaba, de un encanto tan terrible; levanté mis manos para santiguarme, pero lo que con ellas escondí fue un sollozo, y escondí las lágrimas mayores. Aullé. Diadorim, Diadorim era una mujer. Diadorim era una mujer como el sol no incendia el agua del río Urucuia, como yo sollocé mi desesperación."
La historia de la vida de Riobaldo el yagunzo, podría clasificarse como una canción de gesta brasileña, porque es la acción homogénea de un grupo heterogéneo guiado por un gran líder; cuando Zé Bebelo traiciona al grupo, se le enjuicia y sentencia con equidad; y, en la lucha, los protagonistas son purificados a través de una serie de difíciles pruebas.
En esta novela se conjugan conceptos sobre la existencia de Dios y el diablo, el papel del destino en la vida del hombre, la naturaleza del valor y la esencia de las relaciones entre el hombre y la mujer.
La eficacia del modelo literario de Gran sertón: veredas, es una de las más notables de la narrativa latinoamericana, a tal punto que ha sido aclamada como la mejor novela brasileña escrita luego de la segunda guerra mundial.
El lenguaje resulta ser, además, una de las innovaciones fundamentales de la obra; Guimáraes Rosa recurre a la alteración organizada de las estructuras gramaticales, destaca la musicalidad del habla sertanera, utiliza arcaísmos y aglutina palabras, cuyo producto deviene en una prosa original, densa, vigorosa, plástica. Este aspecto formal ha sido una de las contribuciones más importantes del autor al estilo y la técnica literaria de la lengua portuguesa. Fue editada en 1956.